Free porn videos

jueves, 30 de abril de 2020

Gordito cogelón

Hace poco en una de esas noches de lluvia me estaba aburriendo como loco así que empecé a mandar mensajes por WhatsApp a mis conocidos y contactos, viejos amigos y gente a la que no veía hace rato. Entre uno de ellos había un amigo con el que no hablaba hace varios meses. Él siempre me cayó bien y yo sabía que era un gordito muy activo y cogelón. 
A pesar de ser amigos, por cosas de la vida y por el trabajo nos distanciamos un tiempo, pero nada malo, simplemente las cosas a veces se dan así. Entonces solo y aburrido sin pensar demasiado le mandé un mensaje.


YO: Hola, ¿cómo andás?
ENRIQUE: Hola, todo bien. Hace rato no sabía nada de vos. ¿Qué onda?
YO: Nada, solo y aburrido acá en casa.
Encima lloviendo más aburrido todavía.
ENRIQUE: Y sí, la verdad que sí.
YO: ¿Vos qué hacés? ¿Qué es de tu vida?
ENRIQUE: Acá también solo y aburrido. Me separé hace un par de meses.
YO: Ah, no sabía nada.
ENRIQUE: Y sí. Y yo encima acá con unas ganas de coger terribles. Jaja
Desde que me separé de aquella no pasó más nada.
Y con esta lluvia te dan más ganas, parece... Jeje

Por lo que yo sabía, Enrique era de esos que le daba a lo que sea, viejas, gordas, flacas, casadas, solteras, incluso a gays y travestis, todo lo que se moviera y tuviera un hoyo, si se dejaba, él se lo hacía.


YO: ¿Te puedo decir algo?
ENRIQUE: Decime
YO: Mirá que es algo privado
ENRIQUE: DE CI ME
No pasa nada, decí lo que necesitás y yo no digo nada a nadie
YO: La verdad me gustás mucho. Hace rato quería decirte pero no me animaba.
ENRIQUE: Ah, no pasa nada. 
Quedate tranqui que no se lo digo a nadie.
YO: ¿Y yo te gusto algo aunque sea?
ENRIQUE: No te conozco desnudo pero imaginando tu cola y con lo que me dijiste mirá cómo me dejaste


YO: ¡¡Ay, papá!!
Me vas a matar de un infarto
ENRIQUE: Te voy a matar a vergazos BB
Vah, no sé, si vos querés...
YO: Más valeee. 
¿Querés que vaya ahora? Saco el auto y paso por tu casa.
¿Dale?
ENRIQUE: Dale. Venite, y mientras yo me pego un baño
YO: Buenísimo, en un rato estoy ahí


Así que saqué el auto bajo la lluvia, me puse en camino y en unos minutos estuve en casa de este macho calentón.
Enrique me recibió solamente vestido con una bata de toalla. Su pelo estaba mojado y su cuerpo olía a jabón de tocador, señal de que recién se terminaba de bañar.


Voy a describir a mi amigo diciendo que es un mecánico independiente que trabaja desde su casa. Tiene unas manos rudas, casi siempre sucias con grasa, tiene un cuerpo musculoso naturalmente, nada de gimnasio, solamente por el trabajo de levantar cosas pesadas como motores y esas cosas. Su cuerpo es lamíño, bastante gordito, su pelo castaño claro, su piel blanca bronceada por el sol, ojos color verde claro, largas pestañas arqueadas, y no muy alto de estatura, unos 50 años de edad, es muy masculino, lo que se dice un verdadero chongo de barrio. Me encanta, todo ese conjunto es lo que siempre me gustó: Un macho activo o un hétero que se coge lo que venga, un hombre maduro y bien rústico. Exacto lo que me gusta a mí. 


Pasé corriendo para no mojarme tanto con la lluvia, mientras él sostenía la puerta abierta.
Ni bien entré cerró y no alcancé a caminar ni dos pasos que se me acercó con cara de libidinoso. Se puso en frente mío mirándome fijamente.
Cuando entras a esa casa, inmediatamente está el living, donde hay unos sillones. Así que hice un paso para atrás y me senté en uno de esos sillones individuales. Son pequeños, forrados en cuerina. Me senté, le abrí la bata y descubrí su hermosa y gruesa pija. Y como pude anticipar por la foto que me mandó, estaba circuncidada. Sus grandes bolas redondas colgaban hermosamente. 


Se acercó hacia mí muy decidido, como desafiante. Así como estaba, completamente desnudo, me ofrecía su poronga deshinibidamente, con cara de macho recio.
Se la empecé a acariciar tímidamente al principio. Luego empecé a chupar suavemente. Su actitud desafiante me hacía como retroceder, pero luego de unos instantes y escuchando sus gemidos roncos de placer, me fui soltando y comencé a chupar con más ganas, con más ímpetu.


ENRIQUE: ¡¡JOOOH!! ¡¡OOhhh!!


Enrique me apretaba la cabeza contra su cuerpo, tomándome desde la nuca con movimientos rítmicos. Apretaba mi cabeza hacia adelante clavándome la verga hasta donde más pudiera. Luego me la sacaba y me pegaba en la cara con la pija bien dura. Con sus empujones contra mi garganta me hizo sacar mucha saliva.
Su verga estaba bien jugosa y lubricada


YO: ¿Querés coger? ¿Querés que vayamos a la pieza y me la ponés toda?
ENRIQUE: Dale, vamos, así estamos más cómodos.


Fuimos a la pieza que no estaba muy lejos y me empecé a sacar toda la ropa. Enrique se tiró sobre la cama dando un suspiro como de alivio y de excitación: 
ENRIQUE: ¡¡JOOOhhh!! ¡Qué caliente que estoy, y con ese ruidito de la lluvia cayendo sobre la chapa
 es más lindo coger todavía!


Mientras decía esas palabras sacudía su pija mostrándome lo dura que estaba, golpeando con la pija su mano abierta. La sacudía como un garrote con el que iba a destrozarme el orto dentro de un momento.


Me puse en cuatro patas y saqué el lubricante de mi mochila. Me preguntó:


ENRIQUE: ¿Querés usar eso? ¿Estás seguro? A mí me gusta más sin nada.
YO: Pero duele más así sin nada.
ENRIQUE: Me gusta cuando la pija roza sobre una cola seca, te queda la pija ardiendo por varios días. Eso me hace calentar mucho más porque me acuerdo el culo apretado que estuve cogiendo.


Su gustos un poco sádicos me calentaban, aunque yo sabía que me iba a quedar el orto destrozado por un rato largo. Pero su calentura me excitaba a mí también, así que accedí.
Me empezó a empujar y me fue metiendo de a poco. Me cogía despacio y la hacía entrar lentamente. Como faltaba lubricar le costaba ir entrando, pero su pija estaba bien dura y entraba con la fuerza de sus empujones. La verdad, me estaba partiendo el orto sin vaselina, pero su satisfacción y sus gemidos de placer me hacían olvidar de todo.


ENRIQUE: ¡¡¡OOHhhhhhhh!! ¡¡Qué ganas de coger que tenía!!
¡¡Qué culo apretado que tenés, me encanta!! ¡AAAhhh!


Cuando pudo metérmela por completo empezó a coger con más fuerza. Me agarraba de los cachetes del culo con sus grandes manos fuertes y bien agarrado así como me tenía me cogía sin parar.


Todo ésto no duró mucho a decir verdad, un minuto y medio o dos, y Enrique empezó a acabar con grandes chorros de leche. Bien adentro y bien profundo. sentía como su verga latía adentro de mi orto soltando grandes chorros de placer.


Descansamos un rato, miramos la tele con el ruido de la lluvia de fondo tirados sobre la cama los dos desnudos. Y después de una hora más o menos, volvimos a coger otra vez.
Luego me pidió que me quede por esa noche y lo hice. Dormimos juntos estilo cucharita y a la mañana siguiente después de desayunar, me fui para casa completamente feliz y satisfecho.


Este realato es original y ha sido creado enteramente por mí. Si desean compartirlo o copiarlo deben nombrarme como su autor original de lo contrario denunciaré sus publicaciones pidiendo que las eliminen. Saludos.

Vergas, pollas, dicks, cacetes for everyone


































Hombres pescando en bolas (Naked Fishing Male)